A tan solo unos minutos en coche del centro de Mahón, se esconde al final de un camino de acceso privado esta finca agrícola que conserva intacta la esencia de la arquitectura rural menorquina.
Con más de 5.300 m² de terreno cultivable y 516 m² construidos, la propiedad mantiene su estado original, con una distribución sobria y funcional, propia de las antiguas fincas de campo. Elementos etnológicos, estructuras pensadas para el trabajo agrícola y un diseño austero pero lleno de carácter definen esta casa con alma.
La planta baja se organiza en torno a un patio delantero y distribuye el recibidor, cuatro dormitorios, un salón generoso, la cocina con zona de comedor, un baño completo y zona de lavadero. Desde esta planta se accede también a una zona exterior diseñada para disfrutar al máximo del entorno natural que rodea la casa.
En la planta superior se encuentran los porches originales, con estancias abiertas y llenas de posibilidades para adaptarse a distintos usos, conservando su diseño auténtico.
La finca incluye también garaje, almacenes, un bouer tradicional y varias parcelas anejas. Dispone de agua de pozo propio, electricidad de red, y un total de nueve habitaciones dobles.
Un equilibrio real entre vida de campo y cercanía a la ciudad, difícil de encontrar en Mahón. ¿Te gustaría visitarla en persona?
Con más de 5.300 m² de terreno cultivable y 516 m² construidos, la propiedad mantiene su estado original, con una distribución sobria y funcional, propia de las antiguas fincas de campo. Elementos etnológicos, estructuras pensadas para el trabajo agrícola y un diseño austero pero lleno de carácter definen esta casa con alma.
La planta baja se organiza en torno a un patio delantero y distribuye el recibidor, cuatro dormitorios, un salón generoso, la cocina con zona de comedor, un baño completo y zona de lavadero. Desde esta planta se accede también a una zona exterior diseñada para disfrutar al máximo del entorno natural que rodea la casa.
En la planta superior se encuentran los porches originales, con estancias abiertas y llenas de posibilidades para adaptarse a distintos usos, conservando su diseño auténtico.
La finca incluye también garaje, almacenes, un bouer tradicional y varias parcelas anejas. Dispone de agua de pozo propio, electricidad de red, y un total de nueve habitaciones dobles.
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