En lo alto de una colina, en el corazón de Menorca, se alza esta casa de campo con alma, abrazada por un bosque centenario donde crecen los árboles más altos de la isla. Aquí, el aire es más puro, el silencio más profundo, y cada rincón invita a la calma, al recogimiento y a la contemplación.
Sobre una parcela de 3.340 m², este pequeño universo de paz se abre paso entre la vegetación, con una vivienda de 130 m² útiles, cuidadosamente conservada, que respira sencillez, autenticidad y armonía con su entorno natural.
Distribuida en una sola planta, la casa ofrece dos habitaciones dobles y una individual, dos baños, una acogedora chimenea, cocina independiente, lavadero y esa calidez serena que se percibe nada más cruzar la puerta. La calefacción de gasoil y la excelente orientación solar garantizan confort durante todo el año.
En el exterior, una piscina privada se integra de forma natural con el paisaje, rodeada de jardín, terraza y patio, creando espacios ideales para meditar, leer o simplemente dejarse llevar por el susurro del viento entre los árboles.
Esta propiedad no es solo una casa: es un lugar donde el tiempo se detiene, donde la naturaleza abraza y donde la esencia de Menorca se revela con toda su fuerza. Un refugio para el alma.
Sobre una parcela de 3.340 m², este pequeño universo de paz se abre paso entre la vegetación, con una vivienda de 130 m² útiles, cuidadosamente conservada, que respira sencillez, autenticidad y armonía con su entorno natural.
Distribuida en una sola planta, la casa ofrece dos habitaciones dobles y una individual, dos baños, una acogedora chimenea, cocina independiente, lavadero y esa calidez serena que se percibe nada más cruzar la puerta. La calefacción de gasoil y la excelente orientación solar garantizan confort durante todo el año.
En el exterior, una piscina privada se integra de forma natural con el paisaje, rodeada de jardín, terraza y patio, creando espacios ideales para meditar, leer o simplemente dejarse llevar por el susurro del viento entre los árboles.
Esta propiedad no es solo una casa: es un lugar donde el tiempo se detiene, donde la naturaleza abraza y donde la esencia de Menorca se revela con toda su fuerza. Un refugio para el alma.